PARTICIPACIÓN ANTOLOGIA CERTAMEN RELATOS CORTOS ARENAS DE IGUÑA 2021

 PARTICIPACION EN LA ANTOLOGÍA DEL PRIMER CERTAMEN DE RELATOS CORTOS ARENAS DE IGUÑA - ANIEVAS 2021



En un certamen de mi tierra, he tenido la satisfacción de ser seleccionado para la antología final con un microrrelato que me resulta muy especial.  Aquí  lo dejo para el que quiera disfrutarlo.


Miguel Andrés Calle Sempere


A otro con ese cuento


 

Crespones  negros  y banderas a media asta presidían los dinteles de las puertas;  señal  inequívoca   del azote de la tragedia. El cadáver  sobre  la hierba,  acompañado de una península de  sangre seca,  dejaba claras  muestras  de  que   la parca había hecho  acto de  presencia nuevamente.  El primer finado fue un vulgar jándalo devuelto por los  andaluces la  tierra  que lo vio nacer; un aspirante a príncipe azul, de nombre Florián, que se olvidó de respirar luego de morder una manzana corrupta.

    Ahora le había llegado el turno a Dormilón, quizá por aquello de continuar con su actividad favorita tras haber disfrutado toda la jornada en compañía de los piteros de Anievas y su particular folclore. Había sido liquidado sin compasión, ahogado con pro- ductos típicos de la tierra: nueces y castañas, hermanas irreconciliables, asomaban por la boca evidenciando una muerte no exenta de dulzura.  

   Mocoso, acostumbrado a divisar castros desde lo más alto del pico Jano, abstrayéndose del mundanal ruido entre constipado y constipado, interrumpió su actividad favorita para ejercer de plañidera; al mismo tiempo que Tímido, vestido de riguroso luto para la ocasión, espantaba la pesadumbre degustando un vena- do macerado en vino tinto en el hórreo familiar.

    Feliz era harina de otro costal; inmerso en la forma de recuperar la tradicional vijanera, dejó de serlo por unos instantes. Empero, la representación del cúmulo de desgracias que estaba asolando la región podía ser una buena idea cara al próximo carnaval de invierno. Una idea que, a buen seguro, vería la luz siempre y cuando los avatares de la vida le proporcionaran longevidad suficiente para contarlo.

    Sabio jugaba en otra división. Componía marzas y trovas que dieran la bienvenida a la primavera y así provocar romances entre los mozos de los pueblos vecinos. La despoblación rural era su principal preocupación y, plantar cara a semejante lacra, su cruzada. 

- El mal ha anidado en el valle de Iguña. ¿Qué opinas, Gruñón? - preguntó el más inteligente consciente de la respuesta que iba a recibir.

 

- Actos viles solo a la altura de la malvada reina Grimhilde, mal- aconsejada por el dichoso espejo mágico que preside la alcoba principal del palacio de Hornillos. Está diezmando la población y, de seguir así, pronto acabaremos el resto alimentando a los peces del Besaya. Me la estoy imaginando frente al tocador…

 

«Espejito, espejito mágico, dime una cosa.


¿Quién será el próximo cadáver que abone las tierras del valle de Iguña?».


   Escuchar tales palabras de boca del más arisco del clan causó escalofríos en aquellos que le prestaban oídos. Mudito, rehén del miedo, atenazó las piernas de Blancanieves a la búsqueda de refugio entre los faldamentos de esta. La doncella tomó la bar- billa del diminuto, obnubilándolo con una mirada dulce al mismo tiempo que se acercaba a la mejilla de su más fiel admirador con la firme intención de susurrarle al oído.

 

—Ya solo quedáis seis, como eres especial, te dejaré para el final… no te chives.









Comentarios

Entradas populares